FOTO POR: ALEJANDRA CLICK (Gracias!)
ENVIADA POR: ALEXANDRA FEO
ESCRITO POR: VICTORIA PINTO
Hace un año salimos de la casa emocionados, Lola, los niños y yo. Cargaba un balde con herramientas para jugar en la nieve, formar bolas, construir muñecos, etc. Ellos sonreían emocionados mientras el aire fresco nos llenaba la nariz. Solo bastaba subir una colina y aparecía, siempre imponente el paisaje blanco de todos los diciembres. Les entregué el balde mientras que yo me tumbe en la nieve.
Hoy estaba aun más maravillado con el paisaje, era tranquilo, oloroso, suave y al mismo tiempo simple.
Por un momento pensé... Que ese había sido el momento más tranquilo de mi vida en el último año, aquí, en este lugar donde el mar humor se repliega sobre montañas de nubes blancas. Aquí el ojo no cuenta sino con la armonía del paisaje interrumpido a veces por un traje multicolor. Y si que se siente la libertad.
Allí tumbado me fundí en mis propios pensamientos, las orejas se me llenaron de copos de nieve que me hacían escuchar todo como un murmullo lejano y pensé... Que tal quedarse así toda la vida?
Pronto se congelaron los lóbulos y decidí levantarme. Mas allá junto al pino los niños jugaban emocionados, Carolina levantaba palos y enrique los apilaba. Y Lola los observaba miedosa de que se hirieran con alguna astilla. Yo estaba lejos… y es que así había permanecido durante más de un año, desaparecido.
Porque yo tenía otros planes. Lola y yo recorreríamos el mundo juntos, yo lo tenía todo planeado: trabajaría un par de años y luego buscaría un ascenso que nos llevara a vivir a Los Ángeles, donde las navidades son tibias. Compraríamos una casa de color amarillo pálido y nuestros hijos aprenderían a surfear antes que a caminar.
Pero luego nació Carolina y yo me volví descuidado, solo ansiaba la hora de llegar a casa para darle un baño de tina y verla sonreír, con suerte tal vez tomar una copa de vino con Lola. Luego llego el trabajo extra y no quise tomarlo, estaba demasiado cansado. Aun así cada mañana fantaseo con esa vida tan planeada.
Soy prácticamente el trabajador mas descuidado y negligente de la empresa, aquel que nunca acepta trabajar un sábado y que pide 5 licencias al mes... No soy exactamente el mejor candidato a un ascenso con reubicación en L.A.
Pero con dos hijos y un ama de casa era impensable arriesgar ese estilo de vida. A mis 24 hubiera dormido en una colcha en el suelo y hubiera trabajado asando hamburguesas solo con tal de viajar por el mundo, pero ahora... No solo eran mis sueños los que estaban en juego.
Y yo adoro la buena vida, que puedo decir? Estos días nevados y quietos me fuerzan a recordar lo que yo quería originalmente, esa dirección que se ha convertido en un recuerdo lejano. Me encantan esos pequeños momentos de felicidad que la vida me da como una pista de lo que vendrá después. Adoro el aire tibio y con olor a mar, me relajan esos circulitos tornasolados de sol que puedes ver entre tus pestañas con los ojos entrecerrados, amo los paseos en auto y sostener la respiración bajo el agua en un día de verano. Amo todo lo que me abstraiga del mundo y le quite realidad, adoro todo lo que le robe contundencia a mi vida y se la dé a las cosas realmente inamovibles, como que la noche suceda al día. Me gusta el sonido de fondo y las conversaciones a susurros casi imperceptibles.
Quiero que la vida me arrulle. Y ese día me canse de esperar el ascenso por el cual nunca había trabajado. El sol se reflejaba en mis pestañas invitante como diciéndo “hazlo ahora!”. Extrañaría esa nieve blanca que parecía gustarle tanto a mis hijos?
Me acerque a Lola con expresión de acontecimiento y ella sabía que tenía algo importante que decirle.
-Sabes querida? Creo que deberíamos hacerlo…
Vamos para L.A.-
Lola me observaba resignada.
-Si, tal vez no podamos vivir a la orilla del mar, pero estoy seguro que encontraremos un buen sitio, y yo buscaré algún trabajo como representante de ventas-
Lola se lo pensó un momento, me vio con ojos compasivos, luego sonrió al ver a nuestros hijos jugando en la nieve y dijo
-Tienes razón… que te parece si vamos a casa, y lo hablamos con un chocolate? -
Me tomó de la mano y volvimos a casa. Yo siempre he sido muy cómodo y ella muy práctica.
Más este año no va a suceder lo mismo. Estamos a punto de salir con el típico balde de todos los años. Sé que estaré en el mismo punto, presenciando el paisaje, y me he dado cuenta de que es tan majestuoso que me hace recordar lo linda y simple que debería ser la vida para mí. Hay cosas tan perfectas en el mundo que deberíamos estar disfrutándolo, pero eso es lo que yo creo. Y ustedes? Para donde van?.
Hoy estaba aun más maravillado con el paisaje, era tranquilo, oloroso, suave y al mismo tiempo simple.
Por un momento pensé... Que ese había sido el momento más tranquilo de mi vida en el último año, aquí, en este lugar donde el mar humor se repliega sobre montañas de nubes blancas. Aquí el ojo no cuenta sino con la armonía del paisaje interrumpido a veces por un traje multicolor. Y si que se siente la libertad.
Allí tumbado me fundí en mis propios pensamientos, las orejas se me llenaron de copos de nieve que me hacían escuchar todo como un murmullo lejano y pensé... Que tal quedarse así toda la vida?
Pronto se congelaron los lóbulos y decidí levantarme. Mas allá junto al pino los niños jugaban emocionados, Carolina levantaba palos y enrique los apilaba. Y Lola los observaba miedosa de que se hirieran con alguna astilla. Yo estaba lejos… y es que así había permanecido durante más de un año, desaparecido.
Porque yo tenía otros planes. Lola y yo recorreríamos el mundo juntos, yo lo tenía todo planeado: trabajaría un par de años y luego buscaría un ascenso que nos llevara a vivir a Los Ángeles, donde las navidades son tibias. Compraríamos una casa de color amarillo pálido y nuestros hijos aprenderían a surfear antes que a caminar.
Pero luego nació Carolina y yo me volví descuidado, solo ansiaba la hora de llegar a casa para darle un baño de tina y verla sonreír, con suerte tal vez tomar una copa de vino con Lola. Luego llego el trabajo extra y no quise tomarlo, estaba demasiado cansado. Aun así cada mañana fantaseo con esa vida tan planeada.
Soy prácticamente el trabajador mas descuidado y negligente de la empresa, aquel que nunca acepta trabajar un sábado y que pide 5 licencias al mes... No soy exactamente el mejor candidato a un ascenso con reubicación en L.A.
Pero con dos hijos y un ama de casa era impensable arriesgar ese estilo de vida. A mis 24 hubiera dormido en una colcha en el suelo y hubiera trabajado asando hamburguesas solo con tal de viajar por el mundo, pero ahora... No solo eran mis sueños los que estaban en juego.
Y yo adoro la buena vida, que puedo decir? Estos días nevados y quietos me fuerzan a recordar lo que yo quería originalmente, esa dirección que se ha convertido en un recuerdo lejano. Me encantan esos pequeños momentos de felicidad que la vida me da como una pista de lo que vendrá después. Adoro el aire tibio y con olor a mar, me relajan esos circulitos tornasolados de sol que puedes ver entre tus pestañas con los ojos entrecerrados, amo los paseos en auto y sostener la respiración bajo el agua en un día de verano. Amo todo lo que me abstraiga del mundo y le quite realidad, adoro todo lo que le robe contundencia a mi vida y se la dé a las cosas realmente inamovibles, como que la noche suceda al día. Me gusta el sonido de fondo y las conversaciones a susurros casi imperceptibles.
Quiero que la vida me arrulle. Y ese día me canse de esperar el ascenso por el cual nunca había trabajado. El sol se reflejaba en mis pestañas invitante como diciéndo “hazlo ahora!”. Extrañaría esa nieve blanca que parecía gustarle tanto a mis hijos?
Me acerque a Lola con expresión de acontecimiento y ella sabía que tenía algo importante que decirle.
-Sabes querida? Creo que deberíamos hacerlo…
Vamos para L.A.-
Lola me observaba resignada.
-Si, tal vez no podamos vivir a la orilla del mar, pero estoy seguro que encontraremos un buen sitio, y yo buscaré algún trabajo como representante de ventas-
Lola se lo pensó un momento, me vio con ojos compasivos, luego sonrió al ver a nuestros hijos jugando en la nieve y dijo
-Tienes razón… que te parece si vamos a casa, y lo hablamos con un chocolate? -
Me tomó de la mano y volvimos a casa. Yo siempre he sido muy cómodo y ella muy práctica.
Más este año no va a suceder lo mismo. Estamos a punto de salir con el típico balde de todos los años. Sé que estaré en el mismo punto, presenciando el paisaje, y me he dado cuenta de que es tan majestuoso que me hace recordar lo linda y simple que debería ser la vida para mí. Hay cosas tan perfectas en el mundo que deberíamos estar disfrutándolo, pero eso es lo que yo creo. Y ustedes? Para donde van?.
felicidades chicas, me a encantado la imagen, pero el relato..., me gusta el titulo, me gusta los nombres, y por supuesto me gusta la historia...y la reflexion que te da, como pasa el tiempo y quedan los sueños atras algunos cumplidos y otros por cumplir, pero que rapido pasa el tiempo...
ResponderEliminarA veces me lleno de rabia cuando me doy cuenta de que pierdo el tiempo pensando en lo que me gustaría tener o vivir, y no disfruto del momento de felicidad o tranquilidad en que debería estar viviendo.
ResponderEliminarNo digo que haya que conformarse con lo que se tiene y dejar de avanzar, sino valorarlo, saborearlo, disfrutarlo y vivirlo.
Este estilo de vida que llevamos ahora mismo nos hace vivir pensando en un posible e idealizado futuro.
Es un relato precioso, Vicky, muy sensorial y simple, pero cargadísimo de mucha reflexión.
La foto de Alejandra mola, jajaja! Parecen una colonia de hormigas multicolor!
Alex, te respondo por aquí el email que me enviaste. Ya había leído el cuento y me encantó! ¡Tantas cosas que pensamos con respecto a nuestros sueños! Pero la felicidad está también ahí en las cosas simples del día a día, como tantas veces leemos por ahí. Me gusta mucho cuando ella le dice a él que pueden discutir el sueño con una taza de chocolate. Un cuento lleno de sensibilidad.
ResponderEliminarChicas, estoy pendiente de su lindo blog. Muchas gracias por usar una de mis fotos. Me dio mucha ilusión. Leí el cuento cuando lo publicaron y entre una y otra cosa no había podido dejarles un comentario. Les mando un abrazo y que sigan escribiendo y compartiendo!!