Foto: Ges Rules (Gracias!)
Texto: Victoria Pinto (Lo que escribí en un ejercicio de la Escuela de escritores)
Enviada por: Javier García
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En la estación del tren, 7:15 AM.
Una mujer esperaba con impaciencia. Tenía una pierna cruzada sobre la
otra y la movía sin control hacia delante y hacia atrás, no se si lo hacia para
no sentir frío o por la misma impaciencia. El banco donde estaba sentada,
totalmente sumido en la sombra, hacia que ella tuviera un aspecto aun más
helado. De repente miró hacia el infinito, como quien descubre el sentido de la
vida; se levanto y se acerco a la carrilera, donde ahora, por efecto de la luz,
se veía hermosa. Con su celular se tomó a si misma varias fotografías para las
que posó sonriendo, después de cada toma examinaba la pantalla para saber como
había quedado. Al llegar a la quinta foto pareció por fin estar satisfecha. Melancólica, cerró los ojos y disfruto un
momento de respiración profunda mientras que levantaba el mentón y los rayos de
luz le acariciaban la punta de la nariz. Luego volvió al banco congelado y,
aunque todavía sentía frío, ya no movía las piernas, se había quedado
tranquila.
A lo lejos se oía el sonido del tren que estaba a punto de llegar;
saliendo de su letargo corrió rápidamente hacia la parte delantera. Las puertas
se cerraron y la vi pasar frente a mí. Mientras la seguía con los ojos, algo
llamó mi atención, era el reflejo brillante de aquel celular afortunado, el
cual me apresuré a agarrar pensando que podría devolvérselo, pero ya era muy
tarde.
Oprimí cualquier botón y al iluminarse la pantalla no pude aguantar la
curiosidad. Leí:
“Me gustan las mañanas tibias, esas donde el sol te pega sobre las
pestañas haciendo que pequeños círculos de prisma se posen sobre el aire,
quisiera que al menos un día de mi semana transcurriera de esta forma: un
viento tibio y una quietud que anuncia lo que viene, una noche espectacular.
No me gusta cuando, por el contrario, el mundo se despierta con una
rutina acelerada, en donde en medio de todo nada importa, pero todo es de vida o
muerte. Odio tener que despertarte con mi movimiento frenético para ir a un
lugar en donde se que de antemano están esperando que falle.
Quisiera quedarme en casa, en silencio, en una mañana tibia, junto a ti.”
Un correo a medio escribir y que, junto con la fotografía que
aquella chica acababa de tomar, debía ser enviado a una persona afortunada.
Me ha encantado Vicky!!
ResponderEliminarMe sorprendió en un primer vistazo lo cortito que era, pero al leerlo comprendí que no le sobra ni le falta palabra alguna. :D
En serio, muy bueno!
¡Qué bonito, Vicky! Me metiste en la historia de lleno y ahora me dan ganas de "saber" más.
ResponderEliminarMe emociona, de verdad. En esta foto siempre me imagino una historia, y la tuya es perfecta.
Mil gracias por IMAGINAR Y CREAR sobre ella. Me encanta lo que hacéis!!! Un besito.
Os seguiré ;)
Ges Rules - Esther
Me ha encantado.... como envidio esa capacidad para escribir... como la envidio
ResponderEliminarEs precioso!!!!!! :)
ResponderEliminarQué belleza de relato!!!
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