Enviada por: Javier García
Escrito por: Victoria Pinto (Este escrito tiene "Banda Sonora", lo escribí mientras oía All the Right Moves de One Republic)
----------o-----------
Todos los días sin faltar un sábado ni un domingo allí estoy, observando
a través de la puerta o dando un paseo mientras miro al piso, evaluando mis
zapatos brillantes.
Porque no me acuesto hasta que no estén completamente brillantes.
Soy la cara de este edificio, soy la llave de esta puerta y como yo sea así
van a juzgar a toda la torre. Eso es lo que me han dicho en los cursos
motivacionales que nos regala la organización cada dos semanas, y yo lo creo
firmemente y lo repito a cada instante. Yo “poseo” esta torre.
Cuando llego en las mañanas, el otro hombre, el vigilante nocturno, me
deja dirigiéndome una mirada de envidia, sabe que lo mejor viene, porque en la
noche nada pasa, pero de día… que día! Aquí ocurren más de mil quinientas
situaciones asombrosas. Alguna vez el propio presidente de los Estados Unidos apareció
de la nada, por una de las puertas que provienen del parqueadero, a mi no me
avisaron y no tuve oportunidad de abrir
la boca ni para saludarlo, uno de sus agentes me arrincono contra la pared y me
dijo “ahora estamos a cargo, lo tenemos todo controlado” y así me robo mi
pequeño cuarto de hora de fama. En otra ocasión el dueño del edificio me habló
y luego me dio las gracias cuando impulsé la puerta delante de él. Ese día
abordó su auto en la calzada del frente. Fue algo emocionante.
La mayoría piensa que no hablo ingles, pero no, yo soy de aquí, como
cualquier otro y si que vengo de Queens pero llego a tiempo y nunca jamás me he
retrasado ni cinco minutos. Cuando no hay mucha actividad me paseo por el
pasillo lentamente, como rumiando en mis pensamientos, pero en realidad lo mío
es ver a la gente pasar.
Soy un hombre muy buscado…
Como director de seguridad y además porque soy el mejor agente turístico
para los altos mandos aquí. Yo siempre se donde es qué en esta ciudad, y soy
capaz de conseguir un taxi bajo la lluvia a cualquier hora del día. Nunca se ha
colado alguien durante mi ronda en más de 15 años de trabajo.
En efecto, me buscan de bastantes edificios, más grandes y mejor
pagados, pero nunca he aceptado, este edificio tiene algo que nadie más me
puede ofrecer:
Lucciana San Mary, es esa mujer
que hace más de 10 años entro por primera vez y me ha tenido hechizado.
Era 1ro de junio, yo hacia mi ronda normal, paseaba por el lobby
analizando a todos los que caminaban afuera, por lo general turistas. De
repente una mujer me tomo por sorpresa e intento abrir la puerta, yo le ayude
inmediatamente y cuando la vi de frente me quede como loco, me miro con sus
ojos cafés muy abiertos y parpadeo con sus pestañas gigantes, no me saludó, pero
me dio las gracias por haber abierto la puerta. Luego me enteré de que trabajaba
en el 20 y que ese era su primer día.
Normalmente no saluda ni se despide, pero es suficiente con verla mover
las piernas y sonreír frente a mi cuando sale con sus compañeros. He resuelto
odiarlos a todos por si acaso se quieren acercar a ella más de lo debido.
Todavía recuerdo aquella vez que hice que los requisaran a todos para poder
entrar solo con Lucciana en el ascensor aprovechando que me necesitaban en IBM.
Yo salude y ella solo dijo “Buenas Tardes”, tiene la voz más dulce que
he oído en mi vida. Luego se quedo mirando hacia el infinito, me dio la
impresión de que estaba incomoda conmigo.
Hoy este asunto me tiene un poco trastornado, me han hecho una muy buena
oferta, quieren que me cambie para un edificio cerca del Central Park, de tan
solo 9 pisos y dos ascensores. Yo sería el director del turno nocturno y me
pagarían el doble. La puerta siempre permanece cerrada, no tengo siquiera que
levantarme para abrirla, solo tengo que presionar un botón… tampoco tendré que
conseguir muchos taxis ni cargar paquetes a esa hora.
He estado pensando que si logro hacer un poco más de dinero podría
volver un día, entrar por esta misma puerta como un gran hombre de negocios y
hacer que Lucciana se fije en mí.
Me pregunto si cuando me vaya ella me extrañará. La mejor forma de hacer
que alguien note mi presencia es a veces no estando presente.
Yo no he visto a muchos porteros, pero sí que es cierto que cuando he coincidido con alguno de ellos he tenido la sensación de que viven para su trabajo, y su amabilidad y actitud es muy reconfortante. La amabilidad siempre hace sentir cómodo a cualquiera!
ResponderEliminarFelicidades, Vicky! Es un relato muy amable :)
Javi yo he tenido portero tooda mi vida. Y a veces no son muy reconfortantes... de cualquier forma aqui en Colombia siempre decimos que los porteros se creen los dueños del edificio ;)
EliminarJajaja! Bueno, aquí también hay de "esos"...
EliminarQue excelente historia Victoria!! me encantó y la disfruté muchísimo! cuantas historias y anécdotas deben tener los porteros de edificios. En serio que buena historia, simplemente genial!!
ResponderEliminarGracias Javi por enviar mi foto para que la usaran en este proyecto tan interesante.
Gracias Irene!!! Ha sido un honor escribir sobre tu foto, es una de las mas inspiradoras que he tenido.
EliminarMe alegro muchísimo Victoria! gracias también!! :)
ResponderEliminar